lunes, 27 de diciembre de 2004

Combates a simios y domingos


Estamos vivos, de eso no queda duda.
Impregnados por las aguas de una fuente cósmica,
adornada con un risueño y alegre Pan.
¡Larga vida al rock! The Mojones, primer concierto

Yo tengo tantos hermanos Que no los puedo contar
Atahualpa Yupanqui

La hoja en blanco se presenta como un desafío, tratar de dar cuenta de lo que significa existir, ser miembro de esta pequeña aldea que resiste la invasión de la carne, la destrucción del sujeto. Nuestro aprendizaje
Resuenan desde lejos las voces de aquellos que nos han enseñado algo, un cadáver exquisito ajeno al tiempo que va creciendo con el aporte de miles de voces que suenan y retumban transmitiendo un fragmento de la más violenta de las melodías. Alaridos que buscan una respuesta amiga, un interno deseo de no estar solos, de no ser los únicos. Sin parar, suenan y suenan. Luz que alumbra despejando las sombras, aclarando el camino.
Como rescatando fragmentos de un gran “bote de basura”, así andamos, pedazos de humanidad desechados buscamos para nuestro contento, con estos desechos construiremos un nuevo sistema, ajeno a toda verdad encerrada, atentos al ser, bestias felices de razonar y de encontrar, a cada paso, otra bestia feliz, que entendió. ¡que entendió! ¿qué entendió? Que somos seres materiales que constituimos un punto específico de desarrollo histórico, con la capacidad de transformar, escupir mierda, irradiar alegría. ¡Existimos más acá de todo! Así de cerquita…
Sin lugar a duda, el mundo está lleno de cosas maravillosas, increíbles, inentendibles, cosas por conocer, millones, pilas y hasta formulario, inclusive formularios, críticas y traducciones y más traducciones que refutan tal traducción. Todo eso y mucho más.

Sobre los pueblos elegidos por su creación
El día no es más que una ausencia, una abstracción de cuerpos sin vida que responden a un orden de cosas. Son cosas ordenadas por aquellos que pueden darle un orden, aunque sea el orden más egoísta. ¡¡¡Mezquinos simios!!! Han delegado sus culpas más allá de su cuerpo. Dueños de la verdad se han declarado; y bajo tan temible ofensa a la razón se han lanzado a conquistar el mundo. ¡¡¡Brutos animales!!! No se dan cuenta que su actitud sigue siendo la del mamifero más retrógrado. Matarse con los de su propia especie, ningún hombre de ciencia le encontraría el sentido si fueran otras las bestias.
Si el mundo no es más que el sueño de un montón de monos miedosos, que no teniendo otra cosa para asustarse, crearon un castigo por sobre sus espaldas, por caminar erguidos, no lo pudieron soportar. No lo quisieron soportar. Toda su creación es una cobardía contra si mismos, pobres bichos.
La tormenta se acerca, ya llega su olor en el sonido del viento, un nuevo verano y con él una nueva víspera, los que esperan festejan, mientras esperan nacer en un reino imaginario, esperan y festejan la espera. Necios impotentes. Nosotros ya nacimos y vivimos en el único reino conocido, nuestro reino, y se encuentra bajo nuestro gobierno, y no es una armonía dictatorial, es una armonía construida por nuestro trabajo diario de vivir pensando al otro ahora, ser carne de su realidad, de nuestra realidad y nuestra historia

Combates simbióticos de domingo
Irónicamente, el año nuevo llega un domingo, lluvioso, hiper-domingo, Olmedo en casa, sigue lloviendo, domingo que se agudiza, hasta volverse como sí mismo, fútbol y más domingo que llora, siesta de domingo que no prospera porque domingo es un sueño del que sólo se despierta lunes, domingo resaca que agoniza, no habrá cena de domingo, como no hubo un almuerzo dominguero, ni pasta, ni asado, unos mates, una picadita, domingo sin Soldán, sin cofre de la felicidad, sin felicidad, sin domingo, me siento a escribir y escribo.
Sostengo la copa de vino con dos dedos y la observo, largo tiempo, cada vez más cerca, buscando recuerdos de anoche, busco indicios, pistas que me ayuden a ordenar este desorden, copas, vasos, platos, platitos, fuentes, cubiertos, ceniceros, muchas colillas destilan alquitrán, un resto de vino en una de las copas me dice “hoy es domingo”, me niego a creerle, corro hasta la ventana, la abro, comprobando lo inevitable, un terrible domingo a la mañana.
El agua corre entre mis manos inmóviles que sienten el calor del agua que corre, detergente, esponja, saco plato, paso esponja, enjuago, coloco el plato en el escurridor, agarro otro plato. Así hasta que estuvo lista el agua para los mates. Es domingo.
Hoy ya no es domingo, ya no llueve, apenas quedan unas nubes. El calor levanta los últimos restos de humedad mientras el aire se vuelve visible y pegajoso, lo que mata es la humedad, sentenció alguna vez un sabio de esta ciudad y esa frase perdura desde entonces en el imaginario popular y se hace carne en los días como hoy.

La farsa de domingo llegó a su clímax más inmundo, la catástrofe de existir en este agujero de mierda se siente cuando revalsa, lo que debería ser una fiesta de redención y desahogo es convertido de repente en otra nueva frustración, en otra ira, que no es más que la suma de todas las otras iras, inútiles monos cumplen las órdenes de monos avaros, inútiles monos desparraman sus frustraciones y sus miedos, su ignorancia y su desprecio. Las personas de la fiesta sucumben en la desdicha, despojados del último bastión de alegría compartida, de alegría al aire libre, el decorado ya se incendió y la obra de las cenizas es patética. Los culpables, no sienten culpa, sólo acusan. El miedo no va a resistir por siempre el peso de la ira y ahí si, se la vamos a dar por culo a todos esos hijos de puta que nos han robado la vida, todos esos forros y sus monos entrenados van a morir. Entonces la existencia será una alegría en expansión.


miércoles, 27 de octubre de 2004

Buenos Aires Urbano Electrónico


Cables que suben algo que no alcanzo a distinguir. Suena el cuerpo a través de los parlantes. Difusos espasmos de alegría. Caras y más en technicolor. Mi propia película transcurriendo ahí, en el mismo lugar en el que todo pasa. Escenario. Quién podrá decir que la historia no transcurre acá. Pasado y futuro se mezclan en este instante fugaz. Un instante de condensación. Mucho de lo que fue aparece y baila y goza conmigo. Mucho de lo que será nace y llora y pide comida, urgente comida.

El recital terminó y con el morí y volví a nacer. Como les decía hace un tiempo que la música ya no pasa por un oído y sale por el otro, hace un tiempo que la música no sólo pasa por los tímpanos. Sonidos como rayos de luz atraviesan todo mi cuerpo. Cada partícula de mi ser se entrega a la música y bailo y bailo y bailo, hasta volverme una ameba. Todo esto y mucho más fue el festival BUE.

Otro viaje, destino incierto. Sólo ocurren aquellas cosas que no puedo pensar. Variables de mi vida que pesan y se van, se diluyen, desaparecen en el cosmos. Estoy por casarme y eso sí que suena irreal. Sentar cabeza, nada más cercano a la mugre burguesa que intenta taparnos diariamente. Un ritual, una fiesta popular impostergable, un nuevo punto de partida para mi absurda y alocada existencia. Un capricho. Dos niños que juegan a ser grandes, que juegan y se divierten con un montón de amigos más. Hay cosas que uno tiene que experimentar, sin importarle realmente una mierda. O importándole tanto las cosas a tal punto que se diluye toda preocupación. Pasame la sal que la comida se enfría y todavía no probé bocado.

“¡Mirá mamá! ¡son las luces de la nada!” dijo el pibe que viaja en el asiento de atrás. No podía pensar en otra cosa desde ese momento. En la nada, en Kerouac, en estas últimas semanas de vida intensa y cuelgue total. En el futuro que llegó hace rato. En el fluir y todas esas cosas tan lindas en las que uno piensa cuando no tiene otra cosa para hacer. Con la música que estuvimos eligiendo con Juan para la fiesta todavía sonando en la cabeza.

“Una letra dibujada”, este chico no para de sorprenderme. Pienso en las cosas que nunca me va a decir el hijo que nunca va a nacer. Miro las estrellas, tanto tiempo en la ciudad, me había olvidado de cómo brillan. El infinito se había reducido a la distancia entre dos puntos. Ah! Qué inmensitud. Cuantos fantasmas caminan por este mundo. Cuánta energía suelta deambula, pulula, y hace piruetas por el universo. Ya se ven las luces de la nada que se acercan lentamente, muy lentamente.

miércoles, 7 de enero de 2004

Año nuevo

De: "juan landi" <cucamongadance@hotmail.com> Fecha: Mié Ene 7, 2004 2:18 am Asunto: feliz año nuevo

Este año, la mutación tardó un poco más que lo de costumbre, después de varios días al sol, reptando y reptando por blancas arenas, al fin pude cambiar la piel. Vi caer una a una todas mis escamas, envueltas en rancio sudor de desventura. Nuevamente limpio, comienzo una nueva etapa de este viaje, que vaya a saber a donde terminará. La brújula en este momento no me preocupa, mi barco es fuerte y ya ha soportado varias tormentas, tempestades fatuas, ávidos huracanes. Además he aprendido a reconocer en la inmensidad del cielo aquellas estrellas guía que dan rumbo a mi viaje, esperando siempre encontrar nuevas, que brillen con más brío, con nuevo fulgor. Un nuevo año se abre delante nuestro, mostrándonos nuevamente, la inmensitud de posibilidades. Obviamente, como hacedores de nuestro propio destino saltamos de algarabía ante tamaña noticia. Ni una nube empaña nuestro viaje. Ninguna, ninguna, ni una. Sólo olas y más olas haciendo el océano. Dándole vida en una errante danza de idas y venidas al ritmo de los astros. Luna y sol. Sol y luna menguante, creciente, nueva y llena. Sobretodo de estrellas en noches claras. Oscuras noches. Sabremos qué hacer con tanta cosa. Quién sabe. La violencia de tarantino invadió nuevamente. El fin de la saga termina su misión de llevar el anillo, el único, my precious. ¡Gollum! every beginning has an end. Y aunque la arbitraria medida del año pocas veces coincide, por lo menos es una excusa para el cierre. Aguantaremos para matar a Bill. O caeremos en otra de sus trampas. De todos modos, La venganza es un plato que se sirve frío. Aparecerá un nuevo director en nuestro horizonte, conoceremos una nueva banda, el mar es un lugar tan inmenso para explorar, tantas islas permanecen desconocidas para nosotros. ¡ A navegar! ¡A navegar! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡A naaaaveeeegaaaaaaaaar!!!!!!!. Icen las velas, leven anclas, a babor, pelotudo, popa, popa. No pelotudo, nos hundimos, nos hundimos. Cuales serán nuestras primeras imágenes del naufragio. Qué aremos ante la posibilidad de crear la sociedad que quisiéramos crear, sin viernes, una isla donde todos sean robinsones. De la que partirán nuevos futuros náufragos que buscaran nuevas islas hasta el infinito. Tales designios ponen nuestros sentidos en alerta, no podemos bajar los brazos, cualquier corriente puede desviar nuestro barco y no estamos en condiciones de andar corrigiendo el curso, con todo el desperdicio de energía que eso conlleva. Siempre es preferible subirse a un barco amigo antes que perderse a la deriva.

Sólo me queda por decirles, por el momento, alcen sus copas y brinden, yo estoy haciendo lo propio por ustedes. Nos vemos pronto por uno de estos mares y recuerden que en mi barco siempre hay lugar.

SALUDOS, CUCA. VIENTO EN POPA HACIA LA NADA.

P/d: PROPOSICION

La propiedad privada, efectivamente,

más que propiedad privada

es propiedad privadora.

Y la "libre empresa" tiene presa a la Patria.

Salvemos a la propiedad

y agamos libre de verdad a la empresa

convirtiéndolas en propiedad y empresa de todos.

De todos los de la patria.

R. Dalton.